La Junta Directiva de la Real Federación Española de Fútbol, reunida este lunes y que ha servido entre otras cosas para ratificar la destitución de Montse Tomé como seleccionadora española femenina y el nombramiento de Sonia Bermúdez, ha dado su autorización para que el Villarreal-FC Barcelona del próximo 20 de diciembre se juegue en Miami.
Paso crucial el de este lunes para que un partido de la Liga española de fútbol en Primera División tenga lugar muy lejos de las fronteras de nuestro país. La Junta Directiva de la RFEF, reunida este lunes, ha aprobado trasladar a la UEFA la decisión final sobre si el Villarreal-FC Barcelona, previsto para el 20 de diciembre, se puede jugar en el Hard Rock Stadium de Miami.
La decisión final sobre la idoneidad de la nueva localización debe pasar por el máximo organismo federativo del fútbol europeo porque así lo marca el Reglamento de Partidos Internacionales de la FIFA y las propias normas de la RFEF. La UEFA tiene un largo espacio para decidir, ya que no es hasta el 29 de noviembre, 21 días antes de la disputa del encuentro, cuando vence el plazo establecido.
En el momento en el que llegue el plácet de UEFA, la solicitud podrá ser dirigida a la confederación en cuyas fronteras tendría lugar el partido, en este caso la CONCACAF, así como a la federación nacional del partido, en esta caso la estadounidense.
De disputarse finalmente el partido en Estados nidos, se cumplirá una larga pretensión, fundamentalmente del FC Barcelona y de LaLiga, para que un encuentro tenga lugar fuera de españa. Ya en 2018 se anunció que un Girona-Barça tendría lugar, también en Miami, a mitad de ese mismo campeonato, idea que fue vetada por Luis Rubiales. En 2024 se volvió a trasladar la idea a la RFEF para hacer lo propio con un Barça-Atlético de Madrid, pero la Junta Gestora que en esos momentos gobernaba la Federación retiró su consulta inicial al Consejo Superior de Deportes y no fue más allá.