Instalar “bases de seguridad” de países como Estados Unidos, Brasil e incluso Francia es la apuesta del Gobierno de Daniel Noboa en caso de obtener el sí en la pregunta A del referéndum del próximo 16 de noviembre. Y aunque el Gobierno ha insistido en que no se trata de bases militares, se abre el debate sobre qué tan preparadas están las instalaciones existentes en Manta y Salinas para recibir operaciones extranjeras.
Ambas localidades tienen pasado de cooperación militar estadounidense, pero no están en la misma situación hoy. Expertos recuerdan que en Manta la infraestructura fue desmantelada, por lo que requeriría una readecuación completa. En cambio, en Salinas la base sigue bajo control de las FF. AA. y mantiene infraestructura activa, aunque pequeña, pero que permitiría reactivar operaciones en menor tiempo.
Manta y Salinas fueron los dos puntos que recorrió la única delegación internacional que ha arribado al país con esta finalidad, hasta ahora. Esta fue liderada por la secretaria de Seguridad Interna de EE. UU., Kristi Noem; y, según el ministro del Interior, John Reimberg, la segunda localidad se perfila como la más idónea, aunque no descartó que sean ambas.
No obstante, tanto el ministro como el mismo presidente Daniel Noboa han manifestado que la instalación de estas depende del resultado electoral para reformar la Constitución en su artículo 5.
Carla Álvarez, analista y catedrática de la Escuela de Seguridad y Defensa del Instituto de Altos Estudios Nacionales (IAEN), comenta que ambas bases ecuatorianas ya tienen antecedentes de cooperación militar norteamericana; aunque, si se habla de infraestructura, solo Salinas la mantiene. Dice que ambos espacios se ocuparon en el pasado y lo que correspondería es readecuarlos, para lo que se requiere inversión.
“En Manta tuvimos la base desde 1999 hasta el 2009 y en Salinas tuvimos la instalación de una base en 1941. Ahora, esas condiciones son bien distintas a las condiciones actuales. En Manta, todo lo que fue la Forward Operating Location (FOL) ya fue desmantelado y esa infraestructura se destinó para el uso civil con un aeropuerto interno nacional y también con actividades logísticas. Hoy no cuenta con la capacidad operativa ni tecnológica que tuvo antes. Necesita una readecuación”, dice Álvarez.
Mientras, en el caso de Salinas, explica que la base continúa bajo el control de las Fuerzas Armadas del Ecuador, por lo que hay una infraestructura activa.
“Si bien es una infraestructura pequeña, todavía desde ahí se hace patrullaje marítimo y entrenamiento de vuelo, y se podría transformar en un nuevo centro de operaciones que podría albergar también una base militar”, comenta.
El general en servicio pasivo Paco Moncayo, quien fue jefe de las Fuerzas Armadas del Ecuador, recuerda también que ambas localidades tienen historia relacionada con las bases militares extranjeras.
“En Manta, la base de inteligencia ecuatoriano-norteamericana fue retirada por compromisos políticos por el Gobierno de la Revolución Ciudadana. En Salinas, en la II Guerra Mundial funcionó una base para enfrentar la amenaza de Japón. En aquellos tiempos la guerra se desarrollaba en los dominios terrestre, naval y aéreo”, explica Moncayo.
El general dice que hay que tomar en cuenta que “en la actualidad tienen mucha más importancia el dominio cibernético y el espacial, al que se suma el cognitivo, especialmente frente a una amenaza como la del crimen organizado transnacional, que no es solamente de naturaleza militar sino, también, política, sicosocial y especialmente económica”.
“Una instalación de esta naturaleza será, seguramente, un complejo de alta tecnología que permitirá combatir y vencer a este enemigo en operaciones multidominio”, apunta.

¿Qué beneficios traerían estas bases para Ecuador?
Al hablar de los beneficios o ventajas que estas bases podrían traer para el país, Moncayo dice que la instalación en bases existentes permitiría iniciar operaciones en el menor tiempo posible.
“El crimen organizado opera tanto en el espacio terrestre, para mover la droga o el oro o el contrabando hasta los puntos de embarque, como en el aéreo, para el movimiento de drogas, metales preciosos y dólares desde y hacia pistas ilegales; y, por supuesto, la mayor cantidad de droga se mueve por el mar”, dice Moncayo.
Asimismo, subraya que “en el ciberespacio se realizan especialmente los crímenes económicos y maniobras políticas; y desde el espacio exterior, los satélites de órbita baja y media permiten el control de todos los demás dominios”, por lo que cree que todos estos deben ser tomados en consideración para la instalación de las bases.
Por su parte, Álvarez explica que los beneficios no están ni en la infraestructura ni en la tecnología, sino en la ubicación geoestratégica de estas dos localidades.
“Manta tiene una ubicación central en la costa del Pacífico y permite acceso directo a rutas de narcotráfico que conectan Ecuador con Centroamérica y con México. Y Salinas es el punto más saliente de toda la costa pacífica, y eso permite una visibilidad, en términos marítimos, que permite el control de las rutas del sur”, explica.
No obstante, dice que esa ventaja geopolítica no es equiparable a una garantía de mayor seguridad para Ecuador, ya que dice que la presencia militar extranjera no ha reducido de manera sostenible ni a largo plazo el tráfico ilícito de drogas.
“Por el contrario, la base de Manta no impidió que durante su vigencia aumentara el volumen de drogas que salía por el país por vía marítima”, comenta y dice que el debate no solo debería centrarse en la ubicación o en las ventajas geopolíticas que tienen estas localidades, sino en el modelo de cooperación que requiere Ecuador.
Álvarez dice que el país necesita acuerdos que impliquen fortalecer la capacidad tecnológica, inteligencia, la capacidad para controlar el espacio aéreo y el mar territorial, y eso podría traer beneficios de largo plazo.

Gobierno asegura que visita de Noem fue exitosa
Por su parte, Reimberg calificó como “totalmente exitosa” la visita de Noem y dijo que el objetivo fue conocer en territorio los lugares donde podrían instalarse bases de seguridad extranjeras y que, por ahora, Manta y Salinas son los puntos estratégicos determinados por el Gobierno.
Respecto a los recorridos, Reimberg señaló que a Noem le llamaron la atención tres lugares dentro de la Escuela de Aviación Cosme Rennella, en Salinas, por lo que esta localidad se perfila como una de las opciones más idóneas para una futura base de seguridad, sin descartar Manta. “Cualquiera de los dos lugares podría ser escogido, incluso ambos”, manifestó.
Reimberg indicó que en las últimas veintitrés semanas Ecuador ha ejecutado varias operaciones conjuntas con Estados Unidos contra el narcotráfico y el tráfico de armas, y que una eventual presencia física de ese país permitiría trabajar de forma coordinada y fortalecer la lucha contra los grupos criminales.
El ministro añadió que Estados Unidos es el primer país que ha mostrado interés en cooperar con Ecuador, especialmente tras declarar como terroristas a organizaciones criminales ecuatorianas, como Los Choneros y Los Lobos. Sin embargo, precisó que también existen conversaciones con otros países, entre ellos Brasil, para alcanzar acuerdos de apoyo similares en las provincias amazónicas de Orellana y Sucumbíos.
“Este es un delito transnacional que afecta a muchos países, incluso de la Unión Europea. Por eso, debemos saber escoger con quién trabajar, quiénes son nuestros aliados y cómo sacar adelante al Ecuador en esta lucha”, dijo en una entrevista con Teleamazonas.
Asimismo, destacó que la visita refleja el compromiso entre ambos países en la lucha contra el crimen organizado. “El presidente de Estados Unidos (Donald Trump) fue claro en respaldar el combate que lidera el presidente Daniel Noboa contra los grupos criminales. Esta cooperación es una señal firme de que estamos avanzando juntos en esta guerra contra el narcotráfico y la delincuencia”, aseguró.
Fuente: El Universo