La captura de las guardias y un cómplice se dio este martes 12 durante un operativo ejecutado por la Unidad Antisecuestro y Extorsión (Unase) y Fiscalía.

Dos guardias de seguridad y un joven quedaron bajo arresto tras ser señalados como parte de una red de extorsión contra médicos en Machala.
La captura se dio la tarde de este martes 12 de agosto, durante un operativo ejecutado por la Unidad Antisecuestro y Extorsión (Unase) en coordinación con la Fiscalía.
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Las investigaciones llevaron directamente a dos chicas que laboraban como guardias de seguridad de las casas de salud donde brindaban sus servicios las víctimas.
Los aprehendidos fueron identificados como Kerly V., de 29 años, Karla V., de 32, y Justin A., de 19 años. Ninguno de ellos tenía antecedentes, pero según las autoridades, ellos supuestamente eran los responsables de los actos de extorsión.
Las investigaciones revelan que las dos mujeres trabajaban como guardias de seguridad en el hospital Teófilo Dávila y en el Centro de Salud Velasco Ibarra, respectivamente. Desde esos puestos, supuestamente vigilaban y seguían a los médicos, tomándoles fotografías para luego enviar mensajes de intimidación.
En las amenazas a las víctimas les pedían $5.000 a cambio de “protección”.
Los mensajes llegaban firmados a nombre del Grupo Armado Organizado “La Mafia”, así reforzaban el miedo y la presión psicológica, indica uno de los investigadores.
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“Les advertían que si no pagaban serían atacados”, explicó el coronel Ryan Ramos, jefe del Distrito Machala.
Uno de los casos más graves involucra a una doctora que, acorralada por el pánico, entregó parte del dinero exigido. Las amenazas, enviadas por WhatsApp, incluían advertencias contra ella y su familia, obligándola a cumplir parcialmente con el chantaje para evitar un posible atentado.
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La denuncia fue presentada hace seis meses, lo que permitió a la Unase desarrollar una línea investigativa y ubicar a los responsables.
En total se ejecutaron tres allanamientos simultáneos que culminaron con la captura de los sospechosos y la incautación de cinco teléfonos celulares.
De acuerdo con el reporte policial, los dispositivos contenían las fotografías, chats y textos usados para extorsionar. También se identificó que Justin A. era quien recibía los depósitos bancarios de las víctimas, cerrando así el círculo delictivo. (I)
Fuente:El Universo