Con una bicicleta eléctrica de carga, Segundo Díaz o don Segundo, como lo conocen en el barrio Bellavista, norte de Quito, pasa todos los miércoles por diferentes casas recogiendo una caneca llena de residuos orgánicos y dejando una limpia.

Los lleva a una estación de compostaje, ubicada en un parque del sector, para mezclarlos con desechos secos formados por hojas secas, ramas y poda de césped, con lo que se hace una especie de lasaña; es decir, se mezcla todo.

Fuente:El Universo