La naturaleza se ensaña con San Francisco de Sigsipamba, una pequeña parroquia del cantón Pimampiro, en Imbabura, las fuertes y prolongadas lluvias, humedecieron las montañas y vías, volviéndolas frágiles ante la fuerte ola invernal, dice Jairo Cerón, productor del sector.

Está población con 1.562 habitantes, asentada en una zona montañosa de la cordillera oriental de los Andes, que divide al valle subtropical de la amazonía con el páramo, está aislada debido a que varios tramos de la carretera principal se destruyeron por los continuos deslaves.

Fuente:El Universo