A ucranianos, a menudo adolescentes, se les ofrecía dinero a través de Telegram para llevar a cabo los ataques.

Oleh encontró trabajo a través de un canal de Telegram que ofrecía trabajo diurno y extras. Parecía bastante fácil: debía viajar desde su casa en el este de Ucrania hasta la ciudad occidental de Rivne, recoger una mochila con un bote de pintura y rociarla frente a la comisaría local.
Requería agilidad para huir del lugar sin ser atrapado, pero la oferta —1000 dólares— era buena, incluso fantástica, para lo que equivalía a una mañana de trabajo para el joven de 19 años.
Fuente: El Universo